Las personas que consumen cocaína o metanfetaminas en forma
regular pueden tener alteraciones en las regiones del cerebro que están
implicadas en la elección entre el bien y el mal, en comparación con las
personas que no usan estas sustancias, según un nuevo estudio publicado en Psychopharmacology.
Los investigadores encontraron que, durante una tarea que
puso a prueba la toma de decisiones morales en internos de una prisión, los
reclusos que habían utilizado regularmente cocaína o metanfetamina mostraron
menos actividad en la amígdala, una región del cerebro que ayuda a una persona a
regular y comprender las emociones, en comparación con los otros internos.
Por otra parte, cuanto más tiempo había pasado una persona utilizando
cualquiera de los dos estimulantes, menor actividad tenía en la corteza
cingulada anterior, una región del cerebro que coordina las habilidades
mentales que intervienen en la toma de decisiones que involucran cuestiones
morales. "Este es el primer estudio que sugiere deficiencias en los
sistemas neuronales de procesamiento moral en consumidores de cocaína y
metanfetamina", explica la autora principal del estudio, Samantha Fede, estudiante
graduada en el departamento de psicología de la Universidad de Nuevo México.
Sin embargo, mientras que el estudio mostró una asociación
entre el consumo de drogas y las diferencias en las regiones del cerebro
implicadas en la cognición moral, no demuestra que el consumo de drogas provoque
estos cambios. Es posible, por ejemplo, que las personas cuyos cerebros ya tenían
diferencias en estas regiones sean propensas al consumo de estas sustancias.
En el estudio, los investigadores analizaron a más de 200 hombres encarcelados en Nuevo
México y Wisconsin. Definieron consumo como al menos 3 veces por semana. El
grupo de estudio contenía 131 usuarios de drogas estimulantes y 80 no
consumidores, según los investigadores. Luego, los investigadores escanearon
los cerebros de todos los internos mientras completaban una tarea en la que se
evaluaron si ciertas frases eran moralmente objetables.
Los nuevos resultados e investigaciones previas, han sugerido
que los volúmenes de estas mismas regiones del cerebro pueden disminuir en
usuarios de drogas estimulantes. Los hombres en el estudio estaban en prisiones
de seguridad media, lo que significa que muchos de ellos habían sido
encarcelados por delitos contra la salud, en lugar de crímenes violentos. Sin
embargo, se necesita más investigación para confirmar que los resultados se
sostengan también en los usuarios de drogas que no están en la cárcel.
FUENTE: Live
Science