Según un reciente estudio publicado en Nature, mediante el
análisis del ADN mitocondrial y diferentes estudios genómicos, un grupo
internacional de expertos ha descubierto que el bisonte europeo es producto de
la hibridación entre el extinguido bisonte estepario (Bison priscus) y los
ancestros del ganado moderno.
El bisonte estepario compartió territorio con otra especie
de bisonte que había sido esquivo para los paleontólogos, ya que no había
evidencias claras de su existencia, por eso lo bautizaron como Bisón de Higgs
(en referencia al bosón de Higgs).
Los expertos no se habían dado cuenta de que la criatura
había sido documentada decenas de miles de años atrás por los humanos
prehistóricos que pintaban en las paredes de las cuevas. El antepasado del
bisonte europeo moderno era una especie híbrida que vagaba por Europa y Asia
durante la segunda mitad del Pleistoceno.
Mediante el análisis de ADN y la datación radiométrica,
fueron capaces de dilucidar el árbol familiar de estos grandes bovinos, que son
el resultado de la inter-cría de ganado entre los antiguos (llamados uros) y el
bisonte de estepa. La reconstrucción genética sugiere que la especie ancestral
era más pequeña y más equilibrada de aspecto que su primo.
Los investigadores que estudiaron las pinturas rupestres
señalaron que había dos tipos distintos de bisontes grabados en las paredes de
las cavernas. Al investigar más se dieron cuenta de que las variaciones en las
pinturas rupestres se deben a que son especies distintas. El análisis genético
del bisonte europeo moderno indica que no son descendientes directos de cualquiera
de las especies conocidas de bovino que existieron durante el Pleistoceno. Su
ADN nuclear (el material genético extraído de los núcleos de las células)
muestra similitudes con el bisonte americano (erróneamente conocido como búfalo).
Pero el ADN mitocondrial, que flota alrededor de las estructuras centrales
eléctricas de la célula y que se hereda únicamente de la madre, sugiere una
relación más estrecha.
Al secuenciar el ADN nuclear y mitocondrial de varias
decenas de ejemplares que abarcan decenas de miles de años de historia, fueron
capaces de identificar el momento en que los bisontes europeos surgieron como
especie hace 120.000 años. Debido a que su ADN mitocondrial lleva mucho
parecido con la de los bovinos, los científicos creen que la especie es producto
de la inter-cría entre un bisonte de la estepa macho y una hembra de uro. No
está claro si esta hibridación se produjo una sola vez o de se dio forma
repetida durante un largo espacio de tiempo, pero con el tiempo la descendencia
dio lugar al linaje del bisonte europeo.
Estos intercambios reflejan las transiciones vistas en las
pinturas rupestres. El animal los científicos habían estado buscando durante
más de una década estaba ahí todo el tiempo.
FUENTES: Washington
Post, QUO