El día de ayer 10 de diciembre,
el mundo ha dado un paso gigante en la búsqueda de la soñada energía eficiente
y limpia. Científicos del Instituto Max Planck en Alemania encendieron y probaron con éxito
uno de los reactores de fusión nuclear más grandes del mundo.
Como
explicamos hace unos meses, a diferencia de la fisión nuclear que ha sido
relativamente sencilla de generar en condiciones controladas y aprovechar sus
capacidades para bien y
para mal. La fusión, que es mucho más limpia y renovable, ha sido un poco
más complicada de generar.
En los años 70 unos
científicos rusos fabricaron un tipo de reactor de fusión nuclear llamado Tokamak. Este tipo de reactor
tenía la forma de una donut en donde el plasma giraba a altas temperaturas. Sin
embargo este modelo debía ser refaccionado con frecuencia debido a que sus
paredes se dañaban por el calor.
Sin embargo, hace 19 años se
decidió probar otro tipo de reactor de fusión nuclear: el Wendelstein 7x. Este
reactor de tipo Stellerator,
también tiene la forma de una donut, pero a diferencia de sus predecesores rusos,
el Wendelstein 7x tiene forma toroidal y cuenta con la particularidad de tener
paredes magnéticas que generan campos magnéticos, las cuales le dan estabilidad
al plasma dentro del reactor.
En su primera prueba, la
máquina fue llenada con helio, un gas no reactivo, calentado con un láser a
cerca de 1 millón de grados centígrados. Este plasma se mantuvo durante
alrededor de una décima de segundo, lo que puede no parecer mucho, pero fue
suficiente para mostrar cómo funciona máquina.
“¡El primer plasma!”. Foto: Twitter
"Estamos muy
satisfechos", dijo
Hans-Stephan Bosch, quien dirige el equipo. "Todo ha ido según lo
planeado."
El siguiente paso será
aumentar la duración de las descargas de plasma de helio, con el objetivo final
de que lleguen hasta 30 minutos de duración. En enero, los científicos
comenzarán a tratar de producir el plasma de hidrógeno, que es lo que se utiliza
en una máquina de fusión nuclear en funcionamiento.
Este experimento marca un antes
y después en la producción de energía, sin embargo, no debemos olvidar que
aunque el Stellerator funcionó, su alto costo de fabricación impedirá que se
utilice de manera comercial.