Hanny Van Arkel, bióloga y profesora aficionada a la astronomía,
se registró en la web de ciencia ciudadana Galaxy Zoo y descubrió un objeto
celeste desconocido por la ciencia en el 2007. Desde su hallazgo, ha recorrido
medio mundo dando conferencias sobre su historia y los últimos descubrimientos
astronómicos. La nube de gases ionizados que descubrió gracias a esa web ha
recibido su nombre, se llama “Objeto de Hanny” y tiene un color verde intenso y
es tan grande como una galaxia.
Galaxy Zoo fue creado
por Kevin Schawinski y Chris Lintott, astrónomos de la Universidad de Oxford,
debido a que necesitaban poder clasificar según su forma un millón de galaxias
para crear un algoritmo que hiciera esa labor de manera automatizada. Gracias a
esta web los usuarios pueden colaborar con los científicos y, respondiendo una
serie de preguntas sobre las galaxias, pueden categorizarlas. Tan solo un día
después del lanzamiento se estaban clasificando 60.000 galaxias cada hora.
Así nació Zoouniverse,
una que web parece un catálogo de videojuegos. Puedes ir
a Marte para buscar estructuras poligonales, viajar en el tiempo y
convertirse en historiador o identificar plancton en imágenes marinas microscópicas,
según la aplicación a la que se acceda. Penguin
watch es una iniciativa conjunta que tiene 50 cámaras distribuidas por el
Océano Austral y a lo largo de la Península Antártica, lo que permite estar
cerca de las colonias de pingüinos juanitos, barbijos, adelias y rey. Los
usuarios pueden marcar los adultos, las crías y los huevos que vea en las imágenes
y así ayudar a su clasificación y seguimiento.
En la página Bat
Detective se pueden clasificar gritos ultrasónicos de murciélago a partir
de sonogramas. Esto con el fin de identificar si los animales están haciendo
sonidos para cazar o comunicarse. Este
proyecto es una colaboración del University College de Londres, la Sociedad
Zoológica y The Bat Conservation Trust. Gracias a la colaboración de los
usuarios se está generando un algoritmo que permita reconocer automaticamente
el tipo de sonido-
Pero los científicos también necesitan que los ciudadanos aporten
información sobre el avistamiento de ciertas especies, como el mosquito tigre en España, o datos
epidemiológicos sobre enfermedades, como la
gripe. También requieren de subir fotos geolocalizadas para hacer un mapa
de la biodiversidad y fenómenos atmosféricos y así ayudar a los científicos que
analizan estos datos. Biodiversidad
Virtual recoge estas fotos en una base de datos y las pone a disposición de
especialistas que las estudian e identifican. Ya cuenta con 1,6 millones de imágenes
georeferenciadas de animales, plantas, hongos, geología y meteorología
aportadas por más de 4000 ciudadanos. Las fotos hechas con el móvil o con
cámara se pueden subir a través de su app para Android o del ordenador. En el
proyecto Feederwatch, los usuarios pueden
identificar las aves que acuden a los comederos distribuidos en Estados Unidos
y Canadá.
Estas iniciativas se han multiplicado por la facilidad de
creación de apps y webs interactivas.
FUENTE: El
Independiente