En el desierto de Namibia, África
existen unos misteriosos
círculos sin vegetación sobre los pastizales. De acuerdo al pueblo Himba,
estos círculos son "huellas de los dioses", hechas por su antiguo
ancestro Mukuru. Y según los guías turísticos locales, se trataría de
formaciones causadas por el aliento de dragones.
Estos extraños círculos no solo
ocurren en África, en el 2016 investigadores los encontraron también en
Australia. Antes en 2013, un científico alemán ya había propuesta una
explicación mucho menos fantástica: termitas.
El problema fue que había sido víctima
de uno de los clásicos errores de la investigación científica: “Correlación no
implica causalidad”. Su teoría se basaba en la observación de que casi todos
los círculos tenían un nido de termitas en el centro. Pero otros investigadores
señalaron rápidamente que algo sobre los círculos podría simplemente hacerlos
atractivos para las termitas, su presencia no significaba que causaran el
fenómeno. Luego, unos meses después, dos científicos propusieron que los misteriosos
círculos eran en realidad el resultado de la
vegetación expandiéndose en busca de nuevos alimentos.
Sin embargo, ni las termitas ni
los arbustos pueden explicar por sí solos los círculos. La hipótesis de las
termitas funciona para los lugares que los científicos pudieron estudiar, pero
no proporciona una explicación fundamental de cómo se forman en sí los círculos,
a pesar de que tiene alguna evidencia empírica para respaldarlo. Y la idea de la
vegetación tiene el problema opuesto: no tiene mucha evidencia empírica, pero
ofrece un método por el cual los círculos podrían formarse.
Por eso un grupo de
investigadores internacionales propuso ambas explicaciones; y usando un
complejo modelo computacional encontraron que si, efectivamente se trataba de
ambos. Probablemente. Como ocurre con muchas investigaciones ecológicas, estos
experimentos de causalidad son difíciles de emprender.
Los investigadores modelaron la
formación de los círculos usando datos recogidos en el campo, analizando cómo
los insectos sociales como las termitas y la vegetación circundante podrían
interactuar y publicaron
sus hallazgos en la revista Nature el 18 de enero.
Cuando las termitas anidan en
tierras áridas, como el desierto de Namib, hacen el suelo más fértil. El suelo
puede contener más humedad y las termitas descomponen trozos animales y
vegetales para nutrir la tierra.
Pero debido a que esto crea una
red gigante de túneles debajo del suelo, las plantas no pueden crecer justo
encima del nido, ya que necesitan el suelo sólido para echar sus raíces. El
resultado es un parche desnudo sobre el montículo de termitas, además de un
disco circundante, porque las termitas se expanden en un patrón aproximadamente
circular.
Al borde de ese círculo de
termitas, hay un anillo de tierra con más humedad que la media y sin túneles.
Las gramíneas desarrollan sistemas de raíces extensas para sacar el máximo
provecho de toda esa agua, y de esa manera se forma un anillo de hierba alta
"mágicamente" alrededor del círculo desnudo.
En otras partes del mundo, los
montículos de termitas pueden realmente tener el efecto opuesto, pero por la
misma razón. Producen manchas de verde en desiertos sin vida, porque algunas
plantas aprovechan la mayor humedad del suelo y echan sistemas de raíces poco
profundas sobre los túneles de termitas.
FUENTES: POPSCI, SCIENCEDAILY