Más de 100 de los principales científicos del mundo acaba de
tomar una posición importante en el debate sobre los organismos modificados
genéticamente (más conocidos como transgénicos), al escribir una carta
abierta a Greenpeace y otros organismos que hacen campaña activamente
contra el uso de cultivos transgénicos.
En particular, los científicos se pronunciaron contra
Greenpeace por oponerse públicamente al cultivo de arroz dorado (arroz modificado
genéticamente que tiene el potencial de salvar millones de vidas cada año
mediante la reducción de la deficiencia de vitamina A en el mundo en
desarrollo). "Han tergiversado los riesgos, beneficios e impactos de los
transgénicos, y apoyan la destrucción criminal de los ensayos de campo
aprobados y los proyectos de investigación", escriben los investigadores
en su carta. "¿Cuántas personas pobres en el mundo deben morir antes de
considerar esto un crimen contra la humanidad? ", se lee en la
carta.
Los investigadores hacen referencia a los numerosos estudios
y artículos de revisión en los últimos años que han encontrado que los cultivos
transgénicos son seguros, y no tan diferentes a los cultivos regulares. También
son nuestra mejor oportunidad de duplicar la producción de alimentos para el
año 2050 y así alimentar a nuestra población en rápido crecimiento. Pero a
pesar de todo eso, Greenpeace ha continuado haciendo campaña agresiva en contra
de su uso, incluso fomentando la destrucción de cultivos de investigación y
sabotear el trabajo de los científicos con el fin de detener el uso de cultivos
transgénicos.
"Los organismos científicos y reguladores de todo el
mundo han encontrado repetida y consistentemente que los cultivos y alimentos
mejorados mediante la biotecnología son tan seguros o hasta más seguros que los
derivados de cualquier otro método de producción", escriben los
científicos. "Nunca ha habido un solo caso confirmado de un resultado
negativo en la salud de los seres humanos o animales derivados de su consumo".
Mientras que la carta insta a Greenpeace a reconsiderar su postura en contra de los cultivos transgénicos en general, están particularmente preocupados por la campaña contra el arroz dorado: El arroz dorado es una variedad de arroz que ha sido modificado genéticamente para biosintetizar el beta-caroteno, que es un precursor de la vitamina A. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 250 millones de niños sufren de deficiencia de vitamina A en todo el mundo, incluyendo 40 % de los niños menores de cinco años en el mundo en desarrollo.
La deficiencia es la principal causa de ceguera infantil, y la mitad de los niños que lo sufren mueren dentro de los 12 meses de perder su vista. Según UNICEF, un total de 1 a 2 millones de muertes cada año podrían evitarse si pudiéramos encontrar una manera de darle a la gente un acceso suficiente a la vitamina A, y ya que el arroz es un alimento básico para gran parte del mundo, es una muy buena manera de llegar a las dietas de las personas.

Los porqués de GreenPeace
Sí científicamente el uso de transgénicos no es dañino para la
salud de las personas o de los animales, ¿por qué GreenPeace se opone a estos?
Contrario a lo que parece indicar la carta de los científicos, los argumentos
de GreenPeace son muy variados como para reducirlos a anticiencia. Es verdad
que por ahí han lanzado objeciones en cuanto a la validez de los estudios ya
que aún no ha pasado el tiempo necesario para decir que efectivamente no hacen
daño a la salud, sino que apuntan a argumentos de tipo económico, político y
social más fuertes.
Las empresas que tienen el capital económico para impulsar
el cultivo de transgénicos son las grandes empresas agricultoras que muchas veces
monopolizan el mercado agricultor (como la cuestionada Monsanto), dejando de
lado a los pequeños agricultores orgánicos, esto podría afectar económicamente
a los campesinos. Por otro lado, consideran que la razón real de que exista una
alta cantidad de niños con insuficiencia de vitamina A es la pobreza y la
desigualdad social, algo que el arroz y los transgénicos no resolverían y que
podrían resolverse mediante otras técnicas como suplementos, pero que no existe
la voluntad política para hacerlo.
Creen, además, que hay una razón económica detrás: el
beneficio de las empresas que apoyan el desarrollo de transgénicos. En
realidad, no se oponen al desarrollo científico, sino que dudan de las razones
de este y piensan que imponen una práctica que para muchos agricultores de los
países a los que va dirigido, no es adecuada, va en contra de su cultura y no
ha habido un adecuado proceso de inducción.
Es una batalla entre recuperar y reivindicar los cultivos
tradicionales y el avance avasallador de la ciencia, que muchas veces es usado
por empresas para lucrar y obtener el ingreso a ciertas zonas donde pueden
explotar otro tipo de recursos.
Una cosa es cierta: hay un consenso científico de que los
transgénicos NO afectan la salud de humanos ni animales. Pero… ¿es una
estrategia impulsada por empresas que solo buscan lucrar y acabar con los
pequeños agricultores? Esto ya no es parte del debate científico porque la
parte científica queda bastante clara luego de la carta firmada por los premios
Nobel, esto tiene que ver con motivaciones políticas y económicas que no
terminan de solucionarse.
Mientras tanto, la gente sigue sin nutrirse adecuadamente.
FUENTES: Science
Alert, GreenPeace