Los organismos genéticamente modificados, o transgénicos,
son un tema muy controversial del que todo el mundo quiere tener opinión. La idea de modificar algo genéticamente suena
peligroso y más si son cosas que ingerimos. Pero los venimos consumiendo hace
muchos años y recién ahora salen los estudios que confirman si existen
consecuencias de salud asociadas a su producción y consumo.
Se ha publicado
un análisis de casi 900 artículos publicados en el lapso de 2 años sobre
estudios que se han hecho en los últimos 30 años sobre productos genéticamente
modificados o diseñados (GE). El estudio llega a la conclusión de que no hay
evidencia de que los cultivos transgénicos son inseguros para el consumo, o hagan
daño al medio ambiente.
Pero también demostró que, a pesar de la creciente
tecnología, los rendimientos de los cultivos no han sido tan amplios, lo que
sugiere que todavía estamos muy lejos de encontrar la mejor manera de utilizar
y difundir la tecnología para la producción de cultivos. El informe de 400
páginas fue realizado por 20 científicos, y encargado por la Academia Nacional
de Ciencias, Ingeniería y Medicina, de Estados Unidos como parte de un intento
de encontrar la manera de regular los cultivos y alimentos transgénicos en el
futuro.
Nos guste o no, la realidad es que desde la década de 1980,
los científicos han modificado genéticamente los cultivos para mejorar sus
características favorables, tales como el contenido de vitaminas, el
rendimiento y / o la resistencia a las plagas (o quitarle las pepas, por
ejemplo). Es una versión más rápida y precisa de la cría selectiva, algo que
los seres humanos han estado haciendo durante miles de años.

Una gran cantidad de investigación en los últimos años ha
llegado a la conclusión de que los cultivos transgénicos son seguros y pueden beneficiar
en gran medida a la humanidad, pero el público en general se sigue
escandalizando con la idea. Por eso, el presente análisis tiene las siguientes
conclusiones:
Riesgos para la
salud: "El comité ha buscado todos los estudios de investigación
disponibles para encontrar pruebas convincentes de los efectos adversos para la
salud directamente atribuibles al consumo de alimentos derivados de cultivos transgénicos,
pero no lo encontró", concluye el estudio. Más allá de eso, también hay
pruebas de que los cultivos transgénicos en realidad han beneficiado a la salud
humana mediante la reducción de intoxicaciones con insecticidas, y ayuda a
aumentar los niveles de vitamina en los países en desarrollo.
Efectos sobre el
medio ambiente: "El uso de cultivos resistentes a insectos o
resistentes a los herbicidas no redujo la diversidad general de la planta. Sin
embargo, los insectos a veces se volvieron resistentes a los insecticidas y se
generó mayor diversidad de insectos". Una de las mayores preocupaciones ha
sido que los genes de ingeniería genética se podrían extender a la población
silvestre y, aunque esto podría ocurrir, no se han observado efectos adversos de
este flujo de genes.
Impacto en los
agricultores: "El Comité examinó los datos sobre las tasas globales de
incremento de los rendimientos de soya, algodón y maíz en los EE.UU. para las
décadas anteriores a la introducción de los cultivos transgénicos y después de
su introducción, y no hay evidencias de que los cultivos transgénicos hubieran
cambiado la tasa de incremento de los rendimientos".
"Si los cultivos transgénicos se van a utilizar de
forma sostenible, se necesitan regulaciones e incentivos para una gestión de
plagas más integrada y un enfoque sostenible que sea económicamente
viable", informa el comité.
Toda nuestra evidencia hasta ahora sugiere que los cultivos
transgénicos son seguros para los seres humanos y el medio ambiente, pero puede
que no sean de gran ayuda (hasta ahora) para generar una mayor producción de
alimentos.
FUENTE: Science
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