Un estudio británico publicado en Journal
of Studies on Alcohol and Drugs acaba de descubrir que el consumo
regular y moderado de alcohol durante muchos años está relacionado con una
disminución de la función cerebral. Particularmente, en el hipocampo, encargado
de la formación de nuevas memorias.
El estudio analizó a personas entre los 40 y 70 años, y
encontró que un consumo moderado de alcohol aumentaba en tres veces el riesgo
de encogimiento del hipocampo derecho en comparación con los que se abstuvieron.
Dirigido por investigadores de la Universidad de Oxford y
University College London, el estudio se desarrolló entre 1985 y 2015, y,
durante ese periodo, encontraron que los patrones de consumo moderado de los
participantes eran razonablemente estables.
¿Qué es beber moderadamente? En términos británicos,
significa consumir de 14 a 21 unidades de alcohol por semana. Aunque se sabe
que el consumo exagerado de alcohol es malo para la salud, el estudio revela
que no hay un umbral bajo el que el consumo sea seguro, explica el autor Tim
Slade, del Centro Nacional de Drogas y Alcohol.
"Aunque a la gente le gustaría creer que hay beneficios
para la salud de beber moderadamente y en estudios anteriores parece haber este
efecto, una investigación reciente más
rigurosa ha demostrado que esos resultados no se mantienen".
El nuevo hallazgo de contracción hipocampal involucró a 550
adultos sanos que no eran dependientes del alcohol. Su edad promedio fue de 43
años y se les realizó pruebas de función cerebral. Al final del estudio, a cada
uno se le hizo una resonancia magnética cerebral.
Se tuvieron en cuenta los factores que podrían haber
influido en los resultados, como la educación, la actividad física, el
tabaquismo y la historia clínica. Los resultados mostraron que la bebida ligera
(hasta siete unidades por semana) no confería ningún efecto protector en
comparación con la abstinencia. Los bebedores fuertes (más de 30 unidades a la
semana) corren mayor riesgo de daño, no solo al hipocampo, sino a la integridad
de la sustancia blanca que es crítica para el funcionamiento cognitivo
eficiente.
Un editorial vinculado señaló que el alcohol es una de las
principales causas de demencia, representando posiblemente el 10 % de las
causas de demencia de inicio temprano y hasta el 24 % de los casos de demencia
en hogares de ancianos.
"Utilizamos racionalizaciones para justificar la
persistencia de comportamientos de nuestro interés a largo plazo", se lee
en el editorial. Con la publicación de este artículo, nos quedamos sin
justificaciones para beber de manera moderada.
La profesora adjunta Nicole Lee, del Instituto Nacional de
Investigaciones sobre Drogas de la Curtin University, dice que la mayoría de
los efectos cognitivos del alcohol y otras drogas se piensa que son reversibles
con períodos de abstinencia. "Pero si usted toma cantidades moderadas a
grandes regularmente, no necesariamente le da a su cerebro [o cuerpo] una
oportunidad de recuperarse". "El alcohol, incluso el consumo moderado
de alcohol, se ha asociado con una serie de efectos sobre la salud, por lo
general recomendamos el consumo ocasional y al menos algunos días libres de
alcohol cada semana".
FUENTE: Financial
Review
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