Un equipo de investigadores de la Universidad Johannes
Gutenberg en Alemania ha dado un paso significativo hacia la creación de una
vacuna universal contra el cáncer. La investigación, publicada en Nature,
explica cómo lograron convencer al sistema inmune de los ratones a atacar y
destruir una amplia variedad de tipos de cáncer. Las dosis bajas del
tratamiento se utilizaron luego en tres pacientes humanos con el fin de probar su
tolerancia.
Los tres participantes reaccionaron bien a la vacuna,
experimentando síntomas gripales leves que palidecen en comparación con los
horribles efectos secundarios normalmente asociados con la quimioterapia. Sin
embargo, recibieron una dosis de la vacuna que se consideró demasiado baja para
tener valor terapéutico.
El tratamiento es el último de una serie de técnicas de
inmunoterapia que en la actualidad se están desarrollando para combatir el
cáncer mediante el contraataque del propio sistema inmunológico del cuerpo. En
este caso, los investigadores colocaron secciones de código ARN genético de un
tumor en el interior de nanopartículas de grasa, que a continuación fueron
inyectadas en el torrente sanguíneo de los ratones.
Después de detectar este ARN, se estimularon las células
dendríticas de los ratones para liberar una sustancia química llamada
interferón-α (IFN), que activa los glóbulos blancos llamados células T que
atacan y destruyen todas las células tumorales que contienen este código
genético particular. Los resultados en ratones fueron bastante asombroso, ya
que los que habían sido alterados genéticamente para contraer cáncer de pulmón luego
de 20 días de recibir la vacuna estaban completamente libres de tumor.
Debido a que es relativamente fácil obtener muestras de ARN
de cada tipo de cáncer, los investigadores dicen que no hay razón para que esta
misma técnica no se pueda utilizar para crear vacunas para todos los tipos de
cáncer en humanos. Sin embargo, es importante recordar que solo porque un tratamiento
funcione en ratones no significa también funcionarán en seres humanos.
A pesar de esto, los primeros resultados son positivos: una
de las tres personas que recibieron dosis bajas de la vacuna, experimentó una
ligera reducción en el tamaño del tumor, mientras que otro permaneció libre de
cáncer 7 meses luego de habérsele extirpado un tumor. El tercer paciente tenía
ocho tumores que dejaron de crecer después de la vacunación.
FUENTE: IFL
Science