Astrónomos acaban de anunciar que un objeto no identificado se
pasea por el fondo de nuestro Sistema Solar es en realidad mucho más grande de
lo que se pensaba anteriormente. Es solo un poco más pequeño que Plutón y Eris,
lo que sugiere que es, de hecho, un planeta enano, el tercero de la Vía Láctea.
Se han publicado los resultados en The
Astronomical Journal.
Este objeto sin nombre se ha etiquetado como 2007 OR10 y
tiene el apodo de 'blanco como la nieve'. Este mundo congelado fue descubierto
por primera vez en 2007, como su nombre indica, pero siempre ha sido difícil observarlo
adecuadamente. Pero ahora los
investigadores han utilizado dos telescopios espaciales como Kepler para
conseguir una vista adecuada del planeta enano. El tamaño aproximado es de 1535
km.
Nos ha tomado tanto tiempo apreciar plenamente 2007 OR10
porque es muy oscuro y lento. Su superficie es de color rojo oscuro, lo que los
científicos atribuyen a un recubrimiento cambiante de hielo de metano, que no
parece reflejar cualquier luz. También gira muy lentamente, un día de rotación dura
alrededor de 45 días, uno de los más largos del Sistema Solar. También tiene
una órbita extraña, elíptica, que hace que sea difícil verlo durante un período
de tiempo consistente.
Solo cuando los investigadores del observatorio Konkoly en
Hungría decidieron combinar las observaciones de la misión de Kepler K2 con los
del observatorio Herschel de la Agencia Espacial Europea, empezaron a obtener
una imagen más clara. Mediante el cálculo de la cantidad de luz que el planeta
estaba reflejando, y luego el emparejamiento de esa información con datos de
radiación de calor de Herschel, los investigadores fueron finalmente capaces de
calcular una medida del tamaño exacto.
Sobre la base de las estimaciones del tamaño, los
científicos también pueden empezar a entender algunas de las características físicas
del planeta enano. La técnica fue tan exitosa que el equipo ahora la usará para
averiguar más acerca de todos los
posibles misteriosos planetas enanos que están al acecho en el borde de nuestro
sistema solar.
FUENTE: Science
Alert