Tres meses después de regresar
a la Tierra, el astronauta Scott J. Kelly sigue sintiendo los efectos de su año
en el espacio, donde se estaba llevando a cabo experimentos para medir los
efectos de la microgravedad.
En un evento de NASA,
Kelly respondió a las preguntas acerca de su misión, describió cómo la longitud
de sus vuelos determinó lo mal que se sentía después de aterrizar. Sus dos
primeras misiones fueron cortas, de 7 y 13 días, mientras que esta
última misión de 340 días fue mucho más larga que todas sus anteriores
estancias.
"Este vuelo fue el doble (de
la última de 159 días) y me sentí el doble de mal", dijo en el evento. Después
de que regresó, Kelly ha estado muy adolorido y rígido, su piel no había tocado
nada en 340 días, excepto sólo su la ropa. “Todo lo que tocaba, se sentía como
si estuviera en llamas", explicó.
"De hecho, tenía algunas
erupciones y una especie de decoloración en los lugares que tenían contacto con
algo. Luego tuve síntomas parecidos a la gripe durante unos días. Si no hubiera
estado en el espacio durante un año y supiera de qué se trataba, me habría ido
a la sala de emergencia y hubiera dicho, 'Hey, no sé lo que me pasa, pero no me
siento nada bien'", añadió.
En la microgravedad de la
estación espacial, los astronautas están flotando todo el tiempo, por lo que su
piel no entra en contacto con otras superficies, como ocurre cuando una persona
está en la Tierra.
Por ejemplo, en este momento
es probable que uno esté tocando los zapatos o el suelo con los pies, el
asiento de una silla o sofá, la computadora o el teléfono móvil con las manos.
Ese contacto constante mantiene la piel elástica y resistente; es de esta forma
que forman los callos. En la Estación Espacial, los astronautas no tienen que
usar zapatos, ya que no tienen que caminar sobre el suelo. Sus pies, incluso pierden
una capa de piel porque hay poco contacto.
A pesar de estos síntomas
persistentes, Scott Kelly no considera esto como un elemento disuasorio para
los vuelos espaciales largos. "Es por eso que hacemos esto," dijo el
astronauta cuyo
gemelo permaneció en Tierra durante el mismo periodo. "Es decir,
tenemos que aprender estas cosas si vamos a ir a Marte. Y creo que con lo que
Misha [Kornienko] y yo estamos haciendo, y tal vez otras personas que lo hacen
en el futuro, vamos a resolver esto".
"Creo que si vamos a
pasar años y años en el espacio, y no vamos a aterrizar en Marte o en algún
otro lugar, probablemente vamos a necesitar algún tipo de gravedad artificial con
la cual ayudarnos. Por suerte, cuando vayamos a Marte, nos tomará seis meses en
llegar, y vamos a pasar un montón de tiempo en la superficie, para luego
regresar en otros seis meses", agregó.
Se espera que para cuando
ocurra eso, los humanos ya tengamos claro que es lo que ocurre con los
astronautas en el espacio y así evitaremos que sufran los mismos efectos
secundarios que sufrió Kelly.
FUENTES: TECHINSIDER,
TECHTIMES