Desde hace un tiempo se
viene hablando de minería espacial y de cómo esa maravillosa industria del
futuro podría disrumpir la forma como los humanos materias primas. Sin embargo,
aunque en los últimos años se ha avanzado mucho en la industria espacial,
intentar extraer metales preciosos de un asteroide es una tarea mucho más
compleja.
De momento existen dos empresas serias que se están dedicando a la
investigación para poder enviar una misión a un asteroide: Planetary Resources
y Deep Space Industries. De momento ambas están lanzando misiones con el fin de
probar sus tecnologías.
Por ejemplo Planetary Resources planea lanzar 10 satélites de observación
terrestre, estos usarán la misma tecnología de prospección que planean utilizar
en asteroides. Lo
mismo está haciendo Deep Space Industries “La observación de la Tierra está
en bofa en la industria espacial en este momento", dice
Meagan Crawford, director de operaciones de Deep Space Industries. "Es
donde se está creando la mayor parte del valor", añade.
Pero convertirse en un buen prospector de la Tierra no es lo mismo que
serlo en un asteroide, ya que los dos son cuerpos espaciales muy diferentes.
Por un lado, la Tierra es inmensa y está muy cerca, mientras que los asteroides
están bastante lejos, moviéndose muy rápido. Y eso hace que llegar a conocerlos
sea muy complicado.
Las compañías necesitan conocer la composición específica de una roca espacial
antes de embarcarse en una misión minera, algo que no pueden lograr con los
mismos sensores que están desplegando en órbita terrestre, los mismos que
esperan utilizar para obtener información detallada una vez que estén realmente
cerca de un asteroide.
Las misiones científicas como Lucy y Psyche de la NASA, diseñadas para
aprender más sobre la composición de los asteroides, ayudarán a las compañías a
obtener el conocimiento que necesitan para obtener energía. Pero Crawford
admite que "la pieza más grande que falta para la minería de
asteroides es el conocimiento científico de los asteroides objetivo".
Todavía no se conocen con detalle las especificaciones de los asteroides.
Es por eso que las agencias espaciales siguen enviando misiones como Lucy,
Psyche, OSIRIS-REx, Dawn o Hayabusa: porque no sabemos mucho acerca de sus
detalles, más allá de modelos predictivos basados en categorías amplias.
"No tenemos mucha experiencia con las características reales de los
asteroides", dice
Zoe Szajnfarber, quien estudia la dinámica de la innovación tecnológica en
la Universidad George Washington.
Debido a eso, el riesgo de que una empresa no encuentre lo que busca en
las cantidades que necesita, es alto. Y lo peor, no tendrías forma de re-direccionarte
a otro lugar. "Si decides ir al asteroide, ahí es donde vas", dice
Szajnfarber. "Es casi imposible tener suficiente combustible para
cambiar de opinión y pasar a otro diferente", añade.
Además existe otro problema: el de la gravedad. Las naves de las
empresas pueden ser muy buenas orbitando nuestro planeta. Pero la Tierra es
básicamente una esfera. Y su masa es bastante uniformemente distribuida. La
gravedad es básicamente la misma en todas partes en la órbita de una nave
espacial. Mantener la nave espacial en línea en un campo gravitatorio como este
es "fácil".
Cosa distinta ocurre con un asteroide, los cuales tienen formas muy
irregulares con picos, valles y grietas. Eso sin contar que su gravedad es
considerablemente menor al de un cuerpo gigante como la Tierra.
Las empresas tendrán que superar estos dos primeros obstáculos antes de
que lleguen a los más grandes: construir robots mineros y naves espaciales que
puedan traer el transporte de nuevo al alcance de la humanidad.
FUENTE: WIRED