La NASA ha lanzado una misión
para tomar pequeña una muestra de un
asteroide de 500 metros de ancho llamado Bennu. Los científicos esperan que
el material revele detalles sobre la formación de los planetas, y mejore
nuestro conocimiento de cómo estos objetos potencialmente peligrosos se mueven
a través del sistema solar.
La sonda, conocida como Osiris-Rex, partió
ayer desde Florida, en un cohete Atlas a las 19:05. La misión durará siete años
antes de que vuelva a la Tierra con su carga. Esta llegará en una cápsula que
será lanzada en un paracaídas sobre el desierto de Utah el 24 de septiembre del
2023.
Osiris-Rex no es la primera
misión de retorno de muestras, los japoneses trajeron de vuelta una pequeña
cantidad de polvo
del asteroide Itokawa en 2010. Sin embargo, los estadounidenses esperan
para adquirir considerablemente más material, con un peso tal vez de unos pocos
cientos de gramos.
Los ingenieros han
desarrollado un dispositivo de recogida de muestras que se extenderá desde la
pequeña sonda, en un brazo robótico y tocará la superficie de Bennu. En el
contacto, el mecanismo generará una explosión de gas para levantar fragmentos
sueltos que luego se guardarán en una cámara de retención antes de ser embalado
en la cápsula de retorno.

Los asteroides son los restos
del que inicialmente fue el sistema solar. Por eso, todavía deben conservar
pistas sobre los compuestos que llevaron a la formación de los planetas y el
Sol. En la clasificación de asteroides, Bennu es un asteroide "tipo
B", es muy oscuro y las observaciones del telescopio sugieren que es rico
en compuestos de carbono.
"En asteroides
primitivos, ricos en carbono como Bennu, los materiales se conservan desde hace
más de 4.5 millones de años. Estamos hablando de la formación de nuestro
sistema solar", explicó Christina
Richey, científica adjunta del programa Osiris-Rex de la NASA. "Y
estos materiales primitivos podrían contener moléculas orgánicas que pueden ser
los precursores de la vida aquí en la Tierra o en otro lugar dentro de nuestro
sistema solar."
Las misiones de retorno de
muestras son el futuro de la exploración espacial, cree el científico de la
misión, Ian Franchi. La gama de estudios que se pueden realizar de regreso en
la Tierra es mucho más amplia que las que se pueden intentar in situ mediante
una sonda. "Los instrumentos que utilizamos en el laboratorio son del
tamaño de autos o más grande si se piensa en las instalaciones de sincrotrón", dijo Franchi.
"Se requiere un control
de temperatura increíble o técnicas de preparación de muestras muy sofisticadas.
Todas estas cosas no las puede hacer un robot en una nave espacial. Y el otro
gran problema es el fechado, tenemos que entender cuando ha pasado algo y el
trabajo cronológico tiene que ser hecho en un laboratorio de la Tierra", añadió Franchi.
Osiris-Rex va a pasar por lo
menos 2.5 años en Bennu. Una de sus tareas durante ese tiempo será la de medir
con precisión algo que se llama el efecto Yarkovsky. El cual
describe cómo un asteroide alterará su paso a través del Sistema Solar cuando
su superficie se caliente por el sol
"(El asteroide) tiene que
irradiar esa energía hacia el espacio, y cuando eso sucede actúa como un
propulsor y cambia la trayectoria del asteroide", dijo Dante
Lauretta, investigador principal de la misión de la Universidad de Arizona,
Tucson. "Si uno quiere ser capaz de predecir dónde un objeto como
Bennu va a estar en el futuro, uno tiene que tener en cuenta este
fenómeno".
El efecto es muy pequeño, pero
durante siglos podría hacer la diferencia entre un asteroide peligroso o uno
que solo pasará cerca a la Tierra. Así que es mejor si tenemos esa información
por adelantado, no queremos sufrir
el mismo destino que los dinosaurios.
FUENTES: BBC, THE
GUARDIAN