Científicos han detectado por
primera vez una molécula orgánica compleja llamada “molécula
quiral” en el espacio interestelar, y el descubrimiento podría mejorar en
gran medida nuestra comprensión de cómo la vida biológica se originó en la
Tierra, además de quizás sugerir prospectos de vida en otros lugares en la
galaxia.
La molécula en cuestión, óxido
de propileno, fue descubierta en una nube de gas gigantesca llamada
Sagitario B2, situada a unos 390 años-luz del centro de la Vía Láctea.
Sagitario B2 tiene una masa de alrededor de 3 millones de veces la masa del
Sol, y ahora sabemos que este enorme conglomerado contiene moléculas quirales
en medio de ella, que nunca se había detectado previamente fuera de nuestro
Sistema Solar.
"Esta es la primera
molécula detectada en espacio interestelar que tiene la propiedad de la quiralidad,
por lo que es un salto adelante en nuestra comprensión de cómo las moléculas
prebióticas nacen en el Universo y los efectos que pueden tener sobre los
orígenes de la vida", dijo
el químico Brett McGuire, del Observatorio Nacional de Radioastronomía en
Virginia.
La quiralidad es una propiedad
geométrica de las moléculas, donde las moléculas asimétricas muestran una
composición química casi idéntica, pero en una configuración alterada, como si
estuviesen frente a un espejo. Es una propiedad química clave para la vida en
la Tierra, donde todas las moléculas que contribuye a formar seres vivos sólo
aparecen en la versión izquierda o la derecha de la misma. Esto se llama homoquiralidad,
y aunque otorga una ventaja biológica nadie sabe cómo se produce este
"sesgo quiral".
Por eso el
descubrimiento de que existe quiralidad también fuera de nuestro sistema solar
es una noticia muy importante. Ya que podría ayudar a explicar por qué la vida escoge
una orientación molecular sobre otra.
"El óxido de propileno se
encuentra entre las moléculas más complejas y estructuralmente intrincadas
detectadas hasta ahora en el espacio", dijo Brandon Carroll, uno
de los investigadores del Instituto de Tecnología de California en Pasadena.
"La detección de esta molécula abre la puerta a otros experimentos para
determinar cómo y dónde surge la lateralidad molecular, y por qué una forma
puede ser ligeramente más abundante que la otra."
Los investigadores
identificaron la firma molecular de óxido de propileno usando el Telescopio
de Green Bank (GBT) en Virginia Occidental, con observaciones de apoyo
procedentes del radiotelescopio Parkes del CSIRO en Australia.
El equipo piensa que las
moléculas complejas de este tipo podrían formarse en la nube de gas con capas delgadas
de hielo que se desarrollan en los granos de polvo extremadamente diminutos que
flotan en el espacio. Estas capas de hielo permitirían a las moléculas formar
estructuras moleculares más grandes, y ayudar a producir otras reacciones
químicas dentro de la nube una vez que se evapore el hielo.
Suena como un proceso glacial,
pero el hecho de que las moléculas quirales están haciendo esto en el espacio
profundo podría ayudar a explicar la forma en que más tarde se abren camino a
los asteroides y cometas, los cuales podrían terminar sembrando estas moléculas
en la superficie de los planetas en el caso de un impacto.
"Los meteoritos de nuestro
sistema solar contienen moléculas quirales que son anteriores a la propia
Tierra, y las moléculas quirales recientemente se han descubierto en los
cometas", dijo
Carroll. "Tales cuerpos pequeños pueden ser lo que llevó a la vida a
la imparcialidad que vemos hoy en día."
En otras palabras, estas
moléculas, y la oportunidad que ahora tenemos que estudiarlas aisladamente, nos
puede decir mucho acerca de donde proviene la vida y cómo evoluciona la forma
en que lo hace, incluyendo por qué es suele escoger más un lado que otro.
"Al descubrir una
molécula quiral en el espacio, por fin tenemos una manera de estudiar dónde y
cómo se forman estas moléculas antes de que encuentren su camino hacia
meteoritos y cometas", dijo McGuire, "y
comprender el papel que desempeñan en los orígenes de la homoquiralidad y la vida."
FUENTES: NEW
SCIENTIST, SCIENCEALERT