A comienzos de esta semana, un
equipo internacional de científicos utilizó telescopios terrestres e identificó
fosfano, un compuesto en la
atmosfera de Venus que podría indicar la presencia de vida. Inmediatamente
diversas organizaciones iniciaron esfuerzos para confirmar el descubrimiento y
mapear el misterioso gas.
Dos de esas instituciones son
la Agencia Espacial Europa (ESA) y la Agencia de Investigación Aeroespacial de
Japón (JAXA). De acuerdo a New
Scientist, la sonda BepiColombo, que ahora se dirige hacia Mercurio,
intentará registrar fosfano durante la maniobra de asistencia por gravedad
cerca de Venus, programada para mediados de octubre de este año.
La misión a Mercurio
BepiColombo es un proyecto
conjunto de la ESA y JAXA,
cuyo objetivo es estudiar de forma remota Mercurio utilizando dos sondas
científicas: MPO (Mercury Planetary Orbiter) y MMO (Mercury Magnetospheric
Orbiter), que serán entregado al planeta por un módulo de vuelo.
La nave espacial se lanzó al
espacio en octubre de 2018 y, en abril de este año, completó con éxito una
maniobra gravitacional cerca de la Tierra. Se espera que las sondas lleguen a Mercurio
en diciembre de 2025 y una vez allá puedan buscar agua.
Redireccionando instrumentos
El último lunes 14 de septiembre,
se anunció que los telescopios terrestres fueron capaces de detectar gas fosfano
en la atmósfera de Venus. Este es considerado un potencial biomarcador, que
indica la posibilidad de vida en la atmósfera superior del segundo planeta
desde el Sol.
Los científicos del equipo de
BepiColombo se interesaron por este descubrimiento y redirigirán sus instrumentos
hacia el planeta cuando realice su primera maniobra gravitacional cerca de
Venus el 15 de octubre. La sonda pasará a una distancia mínima de unos diez mil
kilómetros del planeta.
Los investigadores encontraron
que dos líneas de absorción de fosfano están en el rango de longitud de onda
operativa de la sonda MPO MERTIS (Radiómetro de Mercurio y Espectrómetro
Térmico Infrarrojo), que podrá observar la atmósfera de Venus e intentar encontrar
este biomarcador.
Pero…
Sin embargo, la situación se
complica porque durante el vuelo solo será posible utilizar una de las dos
cámaras del dispositivo, y se mantendrán las condiciones favorables para las
observaciones durante un período de tiempo muy corto.
Si MERTIS no puede registrar
rastros de fosfano en la atmósfera de Venus la primera vez, los científicos
tendrán otra oportunidad de hacerlo en agosto de 2021, cuando la sonda haga una
segunda asistencia gravitatoria cerca del planeta.
Curiosamente, tan solo unas
semanas antes del anuncio, una de las autoras del estudio publicó un artículo
en el que especulaba la forma en la que una posible forma de vida viviría en el
segundo planeta. Como era de esperarse, el
lugar propuesto fueron las nubes de Venus.
FUENTE: New Scientist