Los científicos han asumido desde hace mucho tiempo que las
plantas que viven bajo el agua se auto polinizan o crecen a través de la
clonación, algo de lo que se encargan las abejas en la superficie terrestre.
Pero un nuevo estudio liderado por Emily Benson, revela que unos
pequeños invertebrados toman el polen debajo del agua y lo llevan a otras
flores, como si fueran abejas.
El descubrimiento, publicado en la revista Nature Communications,
podría cambiar la forma en que los científicos piensan sobre la vegetación del océano.
Hace unos años, Brigitta van Tussenbroek, botánica marina del Instituto de
ciencias marinas de la Universidad Nacional Autónoma de México que estudia las
macrófitas (plantas acuáticas), encontró unos invertebrados minúsculos
visitando flores macho y hembra. Luego de observar con mayor detenimiento se
dio cuenta que estaban polinizando.
Crédito: brigittavan
Ya en el laboratorio, analizaron acuarios que contenían
flores macho y hembra de Thalassia testudinum, o césped de tortuga, algunas de
las cuales tenían algunos granos de polen ya unidos, y encontraron que el agua
de mar que contenía unas 500 criaturas marinas (principalmente larvas de
crustáceos) por litro. Luego filmaron lo que vieron y se dieron cuenta de que luego
de 15 minutos de verter en el agua, los granos de polen comenzaron a aparecer
en las flores femeninas. En comparación, los tanques sin agua de mar no
produjeron lo mismo.
Sin embargo, aún no está claro si los pequeños crustáceos
portadores de polen son la única forma en que se produce la polinización. Los
científicos todavía no saben si otras especies de hierba dependen de crustáceos
para el mismo servicio. Pero los resultados experimentales podrían ser hay "abejas
del mar" que se pasean en el agua subacuática, polinizando las flores
marinas.
La hierba marina desempeña un papel vital en el ecosistema
de la Tierra, ya que absorbe el carbono y permite que la biodiversidad
florezca. Pero está en problemas: la Tierra pierde alrededor del 1,5 % de su
cubierta de hierba marina cada año, y más de una cuarta parte de la hierba
marina se ha perdido.
FUENTE: Smithsonian