A todos nos gusta pensar que somos criaturas racionales
capaces de tomar decisiones objetivas, pero nuestros sesgos pueden ser mucho
más fuertes de lo que pensamos.
Una nueva investigación publicada en PLOS
Computational Biology, científicos de la ENS y el University College
de Londres han descubierto que los humanos tenemos una excelente habilidad para
ignorar hechos que no encajan con nuestros prejuicios.
Stefano Palminteri, de la École Normale Supérieure, dirigió
la investigación. Previamente, ya habían informado que los seres humanos están
sesgados para elegir el camino de menor resistencia, aunque eso pueda generar
disonancia más tarde. En esas situaciones, las personas no parecen ser capaces
de percibir repercusiones futuras intangibles. Es decir, elegimos el camino que
es más compatible con nuestras creencias, sin reconocer que eso pueda traer
consecuencias desfavorables en el futuro.
El equipo de Palminteri buscó descubrir en un entorno
experimental si nuestros sesgos son tan fuertes al punto en que seguiríamos
aferrándonos a ellos incluso cuando algo tangible está en juego en ese momento.
El estudio incluyó a 20 voluntarios que realizaron dos variantes de una tarea:
elegir entre pares de símbolos, cada uno de los cuales había sido asignado un
valor en puntos.
Para la primera variante de la tarea, a los participantes solo
se les dijo el valor de los símbolos que eligieron. Con el tiempo, aprendieron
que algunos símbolos eran más valiosos y desarrollaron un sesgo hacia la
elección de esos símbolos.
Para la segunda variante, los participantes fueron
informados de los valores de ambos símbolos, aunque solo pudieron elegir uno.
Sin embargo, continuaron eligiendo los símbolos que habían aprendido desde
antes (en la primera parte del experimento) a pesar de que luego aprendían que
el otro símbolo valía más.
Esta podría ser la razón por la que algunas personas no
cambian de opinión, incluso cuando la evidencia es abrumadora. "Es como si
no escucharas las voces en tu cabeza diciéndote que estás equivocado, incluso
si pierdes dinero", dijo Paliminteri. En 2015, los investigadores de
Carnegie Mellon publicaron hallazgos de que casi todo el mundo es ciego a sus
propios sesgos, y esto no es fácil de superar. "La objetividad completa es
probablemente algo que nunca lograremos ", dijo Palminteri.
Sin embargo, todavía hay esperanza: un estudio de 2012 encontró
que ser consciente del propio sesgo y cuidar de sus efectos son herramientas poderosas
en la lucha contra este. Es decir, tenemos que hablar más sobre esto y criticar
las decisiones que se reafirman en el sesgo.
Traducción y resumen del artículo original publicado en ScienceAlert