Un estudio reciente publicado en PLOS
ONE ha encontrado que solo la mitad de tus amistades considera que también
eres su amigo. Dirigido por investigadores del MIT, el estudio analizó los
lazos de amistad en 84 sujetos de 23 a 38 años que participaban en una clase de
gestión empresarial.
A los sujetos se les pidió que clasificaran lo cercanos que
se sentían con cada persona en la clase en una escala de 0 a 5, donde 0
significaba "No conozco a esta persona", 3 significaba
"Amigo" y 5 significaba "Uno de mis mejores amigos". Los
investigadores descubrieron que mientras que el 94 % de los sujetos esperaban
que sus sentimientos fueran recíprocos, solo el 53 % de ellos realmente lo
eran.
El estudio está limitado por el pequeño tamaño de muestra,
pero como Kate Murphy informa para The New York Times, los resultados son
consistentes con los datos de varios estudios de amistad de la década pasada,
que abarcan más de 92 000 sujetos, que ponen las tasas de reciprocidad entre 34
a 53 %.
Esta brecha de percepción sugiere que tenemos problemas para
definir claramente la amistad y el impacto que esto podría tener en nuestra
propia imagen. El científico computacional, Alex Pentland, parte del equipo de
investigación, sugiere que esta incapacidad de leer a la gente se debe en gran
medida a que intentamos desesperadamente mantener una imagen favorable de
nosotros mismos.
Llegando a la adolescencia, especialmente cuando tenemos medios
de comunicación social incrementando la cercanía entre las personas, nuestra
percepción de la amistad cambia. Para Murphy Ronald Sharp, profesor de inglés
en Vassar College, ahora pasamos más tiempo en las redes sociales que realmente
conociendo a los amigos, por eso las percepciones sobre la amistad pueden estar
seriamente sesgadas.
Según un estudio reciente dirigido por Dunbar, mientras que
150 es el número máximo de relaciones sociales que el ser humano medio puede
mantener con cualquier grado de estabilidad, somos solamente capaces de
mantener apenas cinco amistades cercanas a la vez.
"No debemos asumir que la gente con un alto número de redes
sociales son influenciadores. Esas personas, amenudo, son peores que la gente
promedio en ejercer influencia social. Nuestros resultados sugieren que esto es
porque muchos de esos lazos no son recíprocos o van en la dirección equivocada
y por lo tanto no conducirá a persuasión efectiva", finaliza Pentland.
FUENTE: ScienceAlert
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