Un informe publicado en Nature
en mayo de 2016 revela que alrededor del 90 % de unos 1.576 investigadores
encuestados creen ahora que hay una crisis en reproducibilidad de la ciencia.
Especialmente en ciencias como la biología, psicología y medicina.
Esto también tiene graves consecuencias para los gobiernos y
las agencias filantrópicas que financian investigaciones de este tipo, así como
los sectores farmacéuticos y biotecnológicos, ya que significan pérdidas de
dinero. Hay muchos “falsos positivos” que dan lugar a la percepción errónea de
que un descubrimiento científico definitivo se ha hecho.
Esta alta tasa se produce porque los estudios que se
publican a menudo tienen un bajo poder estadístico para identificar un
auténtico descubrimiento, y los efectos que se buscan son a menudo pequeños. Además,
las prácticas científicas dudosas aumentan la probabilidad de encontrar un
resultado estadísticamente significativo. De hecho, el umbral de probabilidad
de aceptación de un descubrimiento debería ser más riguroso, como lo es en la física.
Hay una tendencia actual a no informar sobre todos los
datos, sobre todas las condiciones experimentales, todas las estadísticas y
volver a trabajar las probabilidades hasta que aparecen significativas. La
frecuencia de esta práctica está por encima del 50 %, según informan los
propios científicos cuando se les da algún incentivo por decir la verdad. Y
solo el 15 % de los investigadores se ciñen a sus planes iniciales de investigación.
Además, la presión por publicar fuerza la competencia por
tener resultados positivos. Sin embargo, obtener resultados negativos en alguna
asociación, también indica algo. Por ejemplo, en los casos de diferencias de
género, solo se suelen publicar los estudios donde se encuentran diferencias entre
géneros o sexos (aunque las diferencias sean mínimas, como en la mayoría de
casos), pero nunca se publican los estudios en los que no se han encontrado
diferencias de este tipo, acrecentando la idea de que hembras y machos son muy
distintos.
Los científicos que publican más se seleccionan
preferentemente para las posiciones y promociones. Esta “selección natural” ha
favorecido las publicaciones por resultados, en vez de la generación de nuevos
conocimientos. Solemos decir que la ciencia busca la verdad y que no tiene
resultados falibles, pero muchos campos se llenan de publicaciones de estudios
de baja potencia que no son replicables, por lo tanto no son correctos.
FUENTE: Science
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