La Universidad Peruana Cayetano Heredia y el Instituto Guttmacher, de Estados Unidos
presentaron los resultados de una investigación realizada en 4 países de manera
paralela sobre el estado de la educación sexual en las escuelas, y que incluye
al Perú, Guatemala, Ghana y Kenia.
El estudio, que en el Perú se realizó en colegios de Lima, Ucayali y
Ayacucho, tuvo como objetivo principal proveer un análisis detallado de la
política vigente de educación sexual y su implementación en el nivel de
secundaria. Los investigadores entrevistaron y evaluaron a 58 directores, 210
profesores y más de 2 500 estudiantes en 61 escuelas.
A través de cuestionario y entrevistas sobre conocimientos
de fisiología sexual y reproductiva, prevención de enfermedades e infecciones
de transmisión sexual, anticoncepción y embarazo no planeado, valores y género,
lograron identificar algunos problemas sobre la educación sexual en el país (o
la falta de).
¿Qué encontraron?
Los resultados más resaltantes indican que entre el 97 y 100
% de los estudiantes, docentes y directores considera necesario que se enseñe
Educación Sexual Integral en la escuela, entendido como un enfoque de la
educación sexual basado en los derechos humanos y género, adoptando una visión
holística de la sexualidad, permitiendo a los jóvenes adquirir información
sobre la sexualidad humana y los derechos humanos y reproductivos (la no
discriminación, los roles y la igualdad de género) como lo define el Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Además, el 92 % de los estudiantes considera que la ESI les ha servido mucho en su vida y el 89 % de ellos reporta que sus padres están de acuerdo con que reciban esta formación.

Lamentablemente, el estudio también recoge que solo el 9 % de estudiantes ha recibido instrucción en los 18 temas que aseguran un abordaje integral de la sexualidad, por lo que hay un déficit que se asocia a los múltiples problemas derivados de la falta de formación en estos temas, como que solo el 38 % de las adolescentes sexualmente activas utiliza preservativos y que 1 de cada 7 adolescentes es madre sin desearlo. De todas ellas, solo 13 % continúa con sus estudios (según datos del INEI).
Los alumnos reportan interés recibir más información sobre
igualdad de derechos, prevención de la violencia sexual, orientación sexual y
derechos sexuales y reproductivos (aproximadamente el 30 %). Es importante
reconocer que los alumnos tienen una necesidad de recibir información que está
siendo cubierta por los medios de comunicación en un 85 %, según datos del
estudio, y que no se puede controlar la clase de contenidos a los que acceden
los jóvenes de esa manera.

Además, solo el 35 % de los docentes considera que la capacitación que reciben para brindar información sobre educación sexual es suficiente y el 54 % requiere capacitación con información actual sobre sexualidad, especialmente en temáticas sobre orientación sexual (56 %).
Esto es preocupante debido a la reacción conservadora que ha
tenido la ejecución del nuevo currículo que incluye enfoque de género y
contenidos de sexualidad. Las iglesias evangélicas y católica abanderan la
oposición y tienen asideros políticos influyentes que impiden la toma de
medidas educativas que podrían prevenir estas problemáticas de género y
discriminación.
De no atenderse las necesidades de los niños, adolescentes
y profesionales a cargo de ellos, la realidad muestra que los problemas derivados de una pobre
educación sexual seguirán incrementándose. Según datos del estudio Violaciones
sexuales en el Perú, de Jaris Mujica, 4 de cada 5 denuncias por violencia
sexual son realizadas por menores de edad. Los principales perpetradores son
familiares, pero el 25 % de las
adolescentes entre 15 y 19 años ha sufrido violencia física y el 3 % violencia
sexual por parte de sus parejas. Esta cifra se incrementa a 70 % en el caso de violencia
psicológica y verbal.
A estos datos de violencia contra la mujer, tenemos que agregarle algunas cifras recogidas en estudios del MINEDU y de la UPCH, que indican que el 82.2 % de estudiantes LGBTI y el 53.4 % de estudiantes heterosexuales han reportado bullying homofóbico, lo que trae consecuencias importantes en la salud mental y el rendimiento académico.
"La educación sexual integral es necesaria para asegurar el sano desarrollo sexual y reproductivo de los adolescentes", se lee en el informe. Además, promueve actitudes y valores que permiten desarrollar opiniones positivas sobre la sexualidad y el respeto a los otros, con énfasis en los derechos humanos y el conocimiento científico.
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