El científico Hugh Herr acaba de recibir
el premio Princesa de Asturias, al que ha sido nominado varios años. Sus investigaciones
sobre exoesqueletos tienen muchas posibilidades para el trabajo de los astronautas
en el espacio, es por eso que la NASA es uno de sus principales inversores. Su
trabajo parece de ciencia ficción, pero tiene aplicaciones que ya están
revolucionando la medicina y la ingeniería.
El ingeniero perdió sus piernas en 1982 luego de escalar una zona congelada en New Hampshire. Debido al congelamiento severo de sus piernas, tuvieron que ser amputadas. Empezó haciendo prótesis para él mismo y ahora, ha puesto de pie a muchas personas con su impresionante tecnología. Y ha seguido escalando montañas. Aquí, el resumen de una entrevista que dio para la ABC.
Sí. Se está produciendo una fusión de campos clave
relacionados con la biónica, como el aprendizaje de las máquinas, la ingeniería
de tejidos o la robótica. Todas están convergiendo en este momento de la
historia. Hay ejemplos de creaciones biónicas muy avanzadas.
¿Tiene que ver con la
conexión con el aparato nervioso y con nuestros cerebros?
No es solo eso, también es mecánico. Las piernas
artificiales que estamos desarrollando son mecánicamente similares a nuestros
músculos, tendones y huesos. El resultado es que la estructura morfológica,
unida a un control humano más profundo, da lugar a una integración de la
electromecánica con la fisiología humana.
Todas las respuestas
a los diseños de la biónica, ¿están en la naturaleza?
Cuando hablamos de biónico simplemente nos referimos a
diseños que podrían ser con tejidos biológicos o sintéticos, pero que emulan o
parten de la fisiología humana. La naturaleza a veces es para nosotros como una
caja de galletas, de la que extraemos principios biológicos que utilizamos para
diseños electromecánicos.
¿El objetivo es
imitar o mejorar la naturaleza?
Eso depende del deseo de cada individuo. Hay gente con una
patología en una extremidad que quiere recuperar la normalidad. Y hay gente con
una fisiología normal que quiere mejorar su capacidad con un exoesqueleto.
¿Esa dirección no
acabará cuestionando nuestra propia humanidad?
A medida que nos adentremos en el siglo XXI, nos
preguntaremos una y otra vez qué significa ser humano. Si reemplazas las cuatro
extremidades de un humano con máquinas, ¿es esa persona todavía humana? Este
siglo tendrá que enfrentarse a cuestiones filosóficas muy interesantes sobre la
naturaleza de lo humano.
También se pueden
implantar extremidades biónicas en personas que no las han perdido, pero que tienen
discapacidad o dolor
Si eres alguien que cojea o que vive con dolor y enciendes
la tele y ves a alguien bailar y correr con piernas biónicas, no hay una razón
para mantener las extremidades biológicas que no funcionan.
¿Por qué sus
implantes parecen máquinas y no imitan la apariencia real?
Como diseñador, quiero que el paciente tenga la posibilidad
de elegir estéticamente. Puede decidir poner un calcetín encima de la pierna
biónica y que parezca normal. Quiero diseños que no parezcan humanos, pero que
tengan forma humana. Son máquinas bellas, como un teléfono inteligente. Pero el
paciente puede elegir una noche celebrar la belleza humana y otra noche
celebrar la belleza de la máquina.
Todo esto empezó
porque quería volver a la montaña. ¿Todavía escala?
Sí. El verano pasado estuve subiendo paredes en los Alpes y
Dolomitas, en Italia. Y este verano espero hacer lo mismo.
Aquí la entrevista completa.