Desde el 2016 Elon
Musk ha estado intentando cambiar la matriz energética de una basada en
hidrocarburos a una basada en energías renovables. El primer paso para llegar a
esa meta fue fundar Tesla Motors, la ahora famosa compañía de carros eléctricos.
Luego, Musk decidió entrar al
campo de las baterías para almacenar esa energía eléctrica, no sólo para los
autos sino también para casas. Al comienzo Musk estuvo solo, pero en los
últimos meses le ha salido competencia y otras empresas han comenzado también a
desarrollar baterías.
Según
Bloomberg, el fabricante chino de automóviles eléctricos BYD planea
producir celdas que puedan producir hasta 34 gigavatios-hora, muy cerca a los
35 gigavatios-hora que planea producir la Gigafactoría de Tesla cada año al
2020. Otra firma china, Contemporary Amperex Technology, tiene la intención de
producir 26 gigavatios-hora en una primera etapa. Además de otras compañías queriendo
entrar en el sector. Si se cuenta las empresas que comenzarán a reciclar las
baterías es posible que para el 2020 tengamos más de 130 gigavatios-hora.

Toda esa cantidad hace que producción
de baterías de Tesla se vea como solo un pedazo pastel en todo el mercado. Este
gran volumen significa que los precios deberían bajar. De hecho, un
análisis realizado por Bloomberg New Energy Finance (BNEF) sugiere que los
precios podrían caer a 262 dólares por kilovatio-hora en 2020, y a 126 dólares por
kilovatio-hora en 2030.
Eso es quizá una mala noticia
para la línea inferior de los fabricantes de baterías. De hecho, Bloomberg lo
compara con el destino al que se han enfrentado los fabricantes de celdas
solares, en donde una inundación del hardware derrumbó su precio en más del 60%
en tan sólo cinco años.
Pero, aunque pueda sonar a
mala noticia para algunos, este escenario es muy prometedor para el mercado de
vehículos eléctricos de forma más general. El año pasado, un
equipo de académicos publicó una investigación que sugiere que cuando los
precios de las baterías lleguen a 150 dólares por kilovatio-hora, podremos ver
"un potencial cambio de paradigma en la tecnología de los vehículos".
Si los números de. BNEF son correctos, la década de 2020 podría ser la década
en la que los coches eléctricos por fin se masifiquen.
Después
del escándalo del año pasado, Volkswagen parece estar decidido a limpiar su
imagen y planea subirse al coche de los autos eléctricos. El fabricante de
automóviles ha
anunciado que ha firmado un acuerdo con su par chino Jianghuai Automobile para
explorar la producción de vehículos eléctricos en China. Espera vender un
millón de vehículos eléctricos al año 2025.
Por supuesto, Elon Musk es aún
más ambicioso, y tiene razón de estar tan preocupado por la producción de
baterías si lo que quiere es cumplir sus propios objetivos. Con alrededor de
400.000 pedidos anticipados para su
próximo Model 3, bajar los precios en los próximos años es probablemente la
única oportunidad que tiene de hacer que el vehículo sea un éxito.
Aún está por verse si es que Tesla puede satisfacer esos pedidos
anticipados. Pero
a juzgar por el rápido aumento gradual de la producción, la compañía está
al menos haciendo su parte para dinamizar una industria manufacturera que
ayudará a garantizar el futuro de los vehículos eléctricos, y de pasada del
medio ambiente.
FUENTES: MIT
REVIEW, BLOOMBERG