La caída del cabello es una de las mayores preocupaciones estéticas de toda la población. Esto es un proceso natural, de hecho es considerado un mecanismo de regeneración celular. Sin embargo, cuando ocurre en gran cantidad puede tratarse como un problema.
A pesar de que existen factores hereditarios como la alopecia, la caída del cabello también puede estar relacionada con factores de estrés, alimentación incorrecta, hábitos tabáquicos, alcoholismo o incluso contaminación. Por suerte hoy en día, se manejan prácticas para prevenir este problema. Una adecuada rutina de cuidado e higiene puede marcar la diferencia para lucir un cabello sano y fuerte.
Seguir un dieta balanceada
La alimentación influye directamente en la salud capilar. Una dieta mediterránea ralentiza el proceso de caída del cabello. Esta dieta se basa en el consumo de comidas a base de vegetales, verduras y pequeñas porciones de carnes de res y pollo. Además de granos enteros y frutas. La caída del cabello está asociada con deficiencias de tipo nutricional, en especial con deficiencias de aminoácidos esenciales. Estos aminoácidos los aportan ciertos alimentos, se debe reforzar el consumo de productos lácteos, huevos y pescados.
Vitamina D
La vitamina D influye de manera positiva en el crecimiento del cabello. Por lo que, su deficiencia da un aspecto quebradizo y débil al cuero cabelludo. La vitamina D es producida de manera natural en la piel producto de los rayos ultravioletas que irradia el sol. No obstante también es posible obtener esta vitamina a través de la dieta. Los alimentos donde se encuentra mayor concentración de este micronutriente son los pescados grasos, el hígado de vaca y en menores concentraciones en quesos, huevo y hongos.
Masajes capilares
Además de prevenir la caída del cabello, los masajes capilares logran reducir el estrés. Esto se debe a que en la base del cuero cabelludo, se encuentran unas estructuras llamadas papilas dérmicas. En estas papilas se encuentran vasos sanguíneos encargados de transportar nutrientes y oxígeno. Con la estimulación se favorece el recorrido sanguíneo, aumentando el grosor y mostrando el cabello más saludable.
Además, con la estimulación capilar, se reduce otro factor relacionado con la caída del cabello, el estrés. Otras maneras de reducir los niveles de estrés, es manejar la respiración. Es recomendable aprender técnicas de relajación que enseñan a canalizar los momentos de estrés común. El masaje debe ser con suavidad en preferencia con el cabello seco, ya que húmedo es mucho más débil.
Utilización del champú adecuado
Es importante revisar el champú utilizado actualmente, puede que este contenga componentes muy agresivos que irritan el cuero cabelludo y favorece la caída del cabello. Lo ideal es utilizar un champú que cumpla la función de limpieza, más no dañe el cuero cabelludo. Este tipo de champú en su mayoría tienen componentes naturales que aportan vitalidad a la fibra del cabello. El agua a utilizar durante el lavado es otro factor de interés. Se debe procurar utilizar agua fría o templada, ya que el agua caliente debilita la fibra.