Los científicos han descubierto que las células cerebrales
llamadas astrocitos, ayudan a regular nuestro comportamiento circadiano. El
estudio fue publicado en Current
Biology.
Los astrocitos son una especie de célula glial que sirve de
pegamento al sistema nervioso, ya que proporcionan estructura y protección para
las neuronas. Se pensaban que eran simple relleno, pero el estudio demuestra
que estás células son cruciales para mantener el tiempo en nuestro reloj
interno.
El ritmo circadiano es controlado por los núcleos
supraquiasmáticos, una región del cerebro en el hipotálamo formado por
alrededor de 20 000 neuronas. Pero hay alrededor de 6 000 astrocitos en forma
de estrella en la misma área, cuya función exacta nunca se ha explicado
completamente.
Ahora, un equipo de la Universidad de Washington en St.
Louis ha descubierto cómo controlar de forma independiente los astrocitos en
los ratones, y al alterar los astrocitos, los científicos pudieron retrasar el
sentido del tiempo de los animales. Gracias a esto, los científicos ahora saben
que las células de todo el cuerpo tienen sus propios relojes circadianos.
En 2005, uno de los miembros del equipo, el neurocientífico
Erik Herzog, ayudó a descubrir que los astrocitos también tienen genes que
controlan los ritmos circadianos. Al aislar las células cerebrales de las ratas
y acoplarlas con una proteína bioluminiscente, el equipo de Herzog demostró que
brillaban rítmicamente, evidencia de que eran capaces de mantener el tiempo
como otras células.
Más de una década después, los investigadores lograron
averiguar cómo medir el comportamiento astrocito en un espécimen vivo, mediante
el uso de CRISPR-Cas9 de edición de genes para eliminar un reloj gen llamado
Bmal1 en los astrocitos de ratones. Esto causó que los ratones tuvieran relojes
internos más lentos. Esto no se lo esperaban. "Cuando se eliminó este gen
del reloj en las neuronas, los animales perdieron completamente el ritmo, lo
que sugiere que las neuronas son necesarias para mantener un ritmo
diario".
La supresión del gen hizo que los relojes internos de los ratones fueron más lento y empezaran su día aproximadamente 1 hora después de lo habitual. En otro experimento, el equipo estudió a ratones con una mutación que causó que sus relojes circadianos funcionaran rápidamente.
Mientras que los investigadores reconocen que no entienden completamente hasta qué punto los astrocitos controlan el comportamiento circadiano, aún es temprano para decir que sucede lo mismo en los seres humanos.
FUENTE: ScienceAlert
Si quieres estar siempre enterado de lo último y lo mejor en descubrimientos, investigaciones y avances científicos y tecnológicos SUSCRÍBETE AQUÍ en un solo paso. Recibirás un boletín semanal con lo mejor de Sophimanía.