Cislunar
Explorers, un equipo de la Universidad de Cornell en EE.UU., liderados por
Mason Peck, el ex jefe de tecnología de la NASA, está desarrollando un pequeño
satélite que planean enviar a la Luna
utilizando agua como combustible.
La idea es utilizar
uno de los compuestos relativamente más comunes en el espacio no como
propulsor, sino como base para generar hidrógeno y oxígeno. Esto ocurrirá porque
los paneles solares en la nave dividirán el agua en ambos compuestos. Los dos
gases, recombinados y encendidos se
quemarán o explotaran, generando energía. Esta combustión puede ser utilizada para propulsar
el cubesat.
Este proceso llamado
electrólisis, funciona aplicando una corriente eléctrica al agua (la que
usualmente contiene un electrolito soluble). Esto rompe el agua en oxígeno e
hidrógeno, los que son liberados por separado en los dos electrodos.
Sin embargo realizar la
electrólisis en el espacio no es un proceso simple. En la Tierra, se usa la
gravedad para separar los gases de modo que puedan ser guardados y utilizados,
pero en el espacio el pequeño satélite tendrá que usar las fuerzas centrífugas
de rotación para separar los gases.
Este método resulta conveniente
porque los paneles solares, necesarios para romper el agua en hidrógeno y oxígeno, son piezas con una alta fiabilidad
y no tienen partes móviles. Además son resistentes a las condiciones extremas
del espacio y absorben directamente la energía producida por el Sol. Usualmente
esta energía se almacena en baterías. Pero los científicos de Cornell quieren
usarlo para crear su fuente de combustible mediante la división del agua a
bordo.
Si este enfoque tiene éxito,
podríamos tener una fuente de energía en
cualquier asteroide o en la Luna; lo cual quiere decir que en lugar de
enviar el agua al espacio en cargas pesadas en cohetes podríamos recolectarla
in situ.
Esto a su vez podría revolucionar
la forma como producimos energía en la Tierra porque como suele ser el caso,
las tecnologías espaciales eventualmente tienen aplicaciones comerciales. En
teoría, generar energía a base de agua sería ideal porque es una sustancia
segura, limpia, estable y abundante en el planeta.
Actualmente ya existen
empresas intentando producir celdas de combustible de hidrógeno. Riversimple,
una startup galesa, está trabajando con dos de los más importantes fabricantes
de automóviles Toyota y Volkswagen. Y
la empresa Hydricity tiene planeado usar agua de mar para, a través paneles
solares, producir hidrógeno.
De manera que si el
equipo de Cislunar Explorers tiene éxito, no solo podrá revolucionar la
forma como se obtiene combustible para misiones espaciales, sino que se podría
ayudar a cambiar la matriz energética acá en la Tierra.
FUENTE: SCIENCEALERT,
ABC