Desde
el 2008 una extraña cantidad de terremotos ha estado azotando el estado de
Texas (15 en total); y de acuerdo a los expertos la causa podría ser la
actividad humana. Durante ese periodo habido un aumento en la extracción de gas
natural, incluido
el fracking, el cual produce una gran cantidad de aguas residuales.
El
problema con las aguas residuales es que cuando llegan a las fallas latentes,
la presión del agua empuja las antiguas grietas, liberando el estrés tectónico
reprimido y causando que la tierra tiemble.
Sin
embargo, debido a lo poco estudiados que son los terremotos ha sido todo un
reto intentar identificar el origen de los mismos en Texas. "Ha sido un
período crítico para los científicos", dijo
Maria Beatrice Magnani, que estudia los terremotos en la Universidad
Metodista del Sur en Dallas. Junto con un equipo de investigadores del Servicio
Geológico de los EE. UU., Magnani, autor de un nuevo informe publicado en la revista Science
Advances, intentó identificar mejor qué ha estado causando la erupción de
los temblores en Texas.
Un
conjunto de terremotos alrededor de un proyecto de perforación puede, en el
mejor de los casos, sugerir una relación. "El enfoque principal ha sido
correlacionar la ubicación con la actividad humana", dijo Michael
Blanpied, geofísico de USGS y coautor del nuevo estudio.
Los
autores del estudio adoptaron un enfoque diferente en el nuevo trabajo: buscaban
las fallas deformadas debajo de Texas. "Esta técnica se llama imagen de
reflexión sísmica de alta resolución", dijo
Magnani. La reflexión sísmica es la misma herramienta que permite a los
extractores encontrar depósitos de petróleo y gas en estructuras subterráneas.
Para
recopilar datos de reflexión sísmica, una onda generada artificialmente ondula
a través del suelo y se refleja de nuevo en la superficie, como el sonar de un
submarino. El resultado es "un parecido a un ultrasonido", explica
Magnani.
Los científicos compararon la tierra de Texas con Mississippi, otra región sísmicamente activa que, como Texas, no está cerca de un borde turbulento de una placa tectónica. A diferencia de Texas, sin embargo, el norte de Mississippi tiene una historia mucho más larga de terremotos registrados, que se remonta a principios de 1800.

Un
ultrasonido subterráneo reveló que, debajo de Texas, los signos más recientes
de fallas activas se encontraban en una capa geológica de 300 millones de años.
Todas las capas más jóvenes encima de ella eran estables. "Todo el
desplazamiento se detuvo en una capa que tiene 300 millones de años", dijo
Magnani. "La falla no se movió después de que se depositó esa
capa". Por otro lado, en la región de Mississippi, la roca contó una
historia de actividad continua de fallas, intacta en los últimos 65 millones de
años.
Dada
la falta de fallas en los 300 millones de años de historia más recientes de
Texas, no se conoce ningún proceso geológico que pueda explicar los sismos de
los últimos años. "No hay otra explicación", excepto que estos terremotos son causados por la actividad
humana, dijo Magnani. El estudio está en línea con lo que otros expertos en
terremotos habían supuesto con diferentes análisis.
"Esta
es una contribución histórica en la cuestión de si los terremotos de la cuenca
de Fort Worth son hechos por el hombre", dijo Cliff Frohlich, un
geofísico de la Universidad de Texas, Austin, que no participó en el
estudio. Frohlich dijo que esta investigación elimina la posibilidad, a veces planteada
por la industria del petróleo y el gas, de que los terremotos de Texas sean
parte de un ciclo natural de fallas que se despiertan cada pocos miles o
millones de años.
Los
datos del análisis sísmico proporcionan un poderoso argumento "de que
estos terremotos son algo nuevo y diferente", dijo Frohlich, actividad
que surge de la inyección de aguas residuales en las profundidades
del zócalo.
Este
trabajo, el primero en su tipo, servirá como base para otras investigaciones y eventualmente
podría ayudar a las autoridades a crear mejores leyes. “Cualquier proceso
regulatorio exitoso”, dijo
Magnani, “requerirá una comprensión de los procesos físicos que
desencadenan los terremotos producidos por el hombre”.
FUENTES: THE WASHINGTON POST, SCIENCEALERT
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