Los científicos se han interesado por mucho tiempo sobre el
vuelo de las aves migratorias y su capacidad para dormir. Niels Rattenborg, un científico
del Instituto Max Planck de Ornitología en Bavaria, Alemania, lideró un equipo
que analizó el vuelo de las aves en las islas Galápagos y demostró por primera
vez que las aves duermen durante periodos breves durante su vuelo.
Pero, ¿cómo es este sueño? El sueño de las aves durante el
vuelo es bastante distinto. A veces duermen con un hemisferio cerebral
despierto y otras veces con ambos dormidos, mientras mantienen el vuelo. El
coautor del estudio publicado en Nature es el ecuatoriano Sebastián Cruz, biólogo especializado en aves
marinas y colocó los dispositivos electrónicos para registrar ondas cerebrales
en las fragatas de las Galápagos, unas aves que realizan viajes de varios días
sin parar.
Y son también aves grandes que pueden soportar sin problema
el peso de los dispositivos que se colocaron sobre ellas para recopilar datos,
un lector de ondas cerebrales en miniatura, que registra un
electroencefalograma o EEG, y un localizador GPS.
“Para colocar el sensor EEG en la cabeza tuvimos que
realizar una pequeña cirugía bajo anestesia. Las aves continuaron rápidemente
con su comportamiento normal con los polluelos", dijo Rattenborg. Los
dispositivos demostraron que las fragatas tienen distintos tipos de sueño
durante su vuelo. "Como los seres humanos, las aves tienen dos tipos de
sueño", explicó, es decir, tienen un sueño de ondas lentas, que puede
ocurrir en ambos hemisferios o solo en uno (unihemisférico) donde pertenece
abierto el ojo opuesto al hemisferio despierto.
El otro tipo de sueño que puede verse en las aves es el
sueño de movimientos oculares rápidos, de ondas rápidas, donde se observa una
pérdida de tono muscular y sucede paralelamente en ambos hemisferios, algo que
se pensaba que no hacían durante el vuelo. "No sabemos exactamente cómo lo
logran. Tal vez usan un mecanismo similar al que les permite dormir cuando
están paradas. En el caso de las fragatas, esto significa que logran dormir
cuando mantienen sus alas en posición de planear", explicó el científico alemán.
"Si bien la cabeza bajaba en forma similar a cuando duermen en tierra, el
vuelo no se veía afectado. Los episodios de sueño REM duraban un promedio de
cinco segundos".
Sin embargo, en suma, estas dos formas de sueño dan en
promedio 42 minutos al día. Los científicos no saben exactamente por qué sucede
esto, pero es extraño que duerman tan poco necesitando tanta energía para
volar.
Lo más interesante, es que estos estudios podrían dar luces
acerca de la forma en que dormimos los humanos. "Basándose en nuestro
estudio sobre el sueño unihemisférico en patos, Masako Tamaki y sus colegas (en
Brown University en EE.UU.) publicaron un trabajo
este año explicando por qué cuando las personas están en un ambiente nuevo, el
hemisferio izquierdo duerme en forma menos profunda y responde más a los
sonidos que el hemisferio derecho, solo en la primera noche", explica
Rattenborg.
Rattenborg investigará si los resultados de las fragatas se
aplican a otras aves. "El cerebro de las aves tiene plasticidad. Tienen
una gran habilidad para realizar tareas complejas, por ejemplo, los cuervos
pueden fabricar herramientas para alcanzar comida", explicó. Incluso, citó
a un estudio reciente en dónde encontraron que la densidad de las neuronas del
cerebro de las aves era mayor que en el cerebro de los mamíferos.
"Veo dinosaurios inteligentes y emplumados con cerebros
complejos que duermen como los mamíferos, incluyéndome a mí", finaliza
Rattenborg. Parece que es necesario ver más a las aves.
FUENTE: BBC