Las mujeres experimentan más estrés, más enfermedades
crónicas, más depresión, más ansiedad y son más propensas a ser víctimas de
violencia, ganan menos que los hombres y en muchos países no tienen los mismos
derechos humanos.
Pero, a pesar de la desigualdad social que experimentan las
mujeres, viven más tiempo que los hombres y estas cifras se repiten en todos
los países. ¿Tentado de decir “Ni uno menos”?
Aquí va la explicación:
La investigadora Shervin Assari, de la Universidad de
Michigan, ha estudiado por mucho tiempo las diferencias de género y la salud.
El género influye en la salud debido a los aspectos sociales de ser una mujer o
un hombre como el estrés social, la oportunidad y las expectativas sociales. El
sexo, por otra parte, se refiere a la biología y biológicamente, las mujeres
tienen algunas características que las hacen más "aptas” para la vida,
como que el estrógeno reduce el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (o
LDL, lo que se conoce como colesterol "malo") y aumenta el colesterol
de lipoproteínas de alta densidad (o HDL, el colesterol bueno), lo que reduce
el riesgo cardiovascular.
La testosterona, por otro lado, aumenta los niveles de
colesterol malo en la sangre y disminuye los niveles de colesterol bueno. Esto
pone a los hombres en mayor riesgo de hipertensión, enfermedades del corazón y
accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, debemos recordar que la cantidad de
hormonas no necesariamente se correlaciona con el sexo cromosómico (XY, XX) y
tampoco con el sexo genital y gonadal, así que las diferencias biológicas
quedan chicas cuando empezamos a hablar de hábitos de salud y aprendizajes.
Estadísticamente, las mujeres tienden a tener más enfermedades
crónicas mientras que los hombres tienden a tener enfermedades más letales,
pero la científica se inclina a pensar que tienen más que ver con los hábitos
que con la biología. Los estudios han demostrado que, en general, las mujeres
son más conscientes de su salud, y tienen una mayor conciencia de sus síntomas
físicos y mentales. Todo esto resulta en estilos de vida más saludables y un
mejor uso de la atención médica. Las mujeres también se comunican mejor sobre
sus problemas, lo que ayuda al proceso de diagnóstico.
Los hombres, por el contrario, suelen retrasar cualquier
tipo de intervención médica y se adhieren menos al tratamiento. ¿Diferencias
biológicas? No. La masculinidad es una construcción socialmente aprendida, y
puede tener efectos no saludables. Muchos hombres tienen comportamientos poco
saludables y riesgosos y los entienden como “masculinos”, ya que el pedir
ayuda, hablar de los problemas y admitir los dolores son conductas que se
asocian con lo “femenino”.
Además, la masculinidad está asociada a comportamientos más
impulsivos (algunos culpan de esto a la testosterona, pero las evidencias
científicas más actuales no reconocen esto como un indicador determinante). Al
ser socializados como más activos, impulsivos y agresivos, los hombres suelen
involucrarse en conductas de riesgo, lo que aumenta su tasa de mortalidad por
accidentes y homicidios.
Las mujeres sobrestiman sistemáticamente el riesgo de
cualquier tipo, mientras que los hombres lo subestiman sistemáticamente. Este
patrón se ha observado independientemente del contexto. Entre los peatones, los
hombres violan más reglas que las mujeres. Entre los conductores, los hombres rompen
las reglas con más frecuencia. Por ello, los accidentes automovilísticos son
mucho más comunes entre hombres que entre las mujeres. Esto se debe en parte a
la mayor toma de riesgo de los hombres, la subestimación del riesgo, la
búsqueda de sensaciones y la tendencia a ser más impulsivos.
El consumo de sustancias es también más común entre hombres
que entre mujeres, debido a ello, pueden ser más proclives a conducir bajo la
influencia de drogas y alcohol con más frecuencia que las mujeres. Los hombres
son responsables de cuatro de cada cinco casos de conducción bajo la influencia
de una droga o alcohol.
Esto se debe en parte a la búsqueda de sensaciones, conducta
que también es mayor en los hombres, lo que los hace susceptibles a accidentes
y riesgos. Aquí la presión de grupo y los roles de género tienen un papel
importante. La investigación de Assari ha demostrado que la masculinidad
desempeña un papel importante en la depresión y el consumo de alcohol.
En la mayoría de los países, los hombres son más propensos a
morir por suicidio. En Estados Unidos, por ejemplo, los hombres son 3,5 veces
más propensos que las mujeres a morir de suicidio. Esto se debe principalmente
a que los hombres usan métodos más letales para suicidarse, como armas de
fuego. En los Estados Unidos la mayoría de los suicidios son hombres blancos.
De hecho, los suicidios entre este grupo son una de las razones por las que la
mortalidad de los hombres de raza blanca de mediana edad está aumentando. ¿Qué
razones hay detrás de esta conducta? El alto estigma acerca de los trastornos
psiquiátricos, así como el uso de atención de salud mental.
Cuando los hombres experimentan estrés están en mayor riesgo
de problemas de salud mental como la depresión que las mujeres, posiblemente
porque no hablan de sus emociones y no buscan atención. Esta tendencia a evitar
la atención de la salud mental está directamente relacionada con la
masculinidad, las normas de género y las expectativas sociales de los hombres.
Nuestro género puede determinar cómo nos trata la sociedad, y esto hace que queramos ajustarnos o cumplir las expectativas que se tienen para nosotros, que nos dictan ciertos valores y actitudes. Los niños y las niñas comienzan a afrontar las normas sociales que definen "masculino" y "femenino" para ellos desde una edad temprana.
Las diferencias de género en la mortalidad son principalmente conductuales y, por tanto, prevenibles, ya que son aprendidas en la sociedad y se manifiestan de manera conductual y psicológica. Aunque nuestro cerebro está involucrado, no está en nuestra genética. Se aprende socialmente y puede ser desaprendido.
Entonces sí, el sexismo y los estereotipos de género son
culpables tanto de los problemas de hombres como de mujeres. El estereotipo del
macho alfa fuerte, que no llora, genera violencia hacia las mujeres… pero
también causa a los hombres muchos problemas de salud.
¿Por qué no estamos todos buscando la igualdad de género?
FUENTE: LiveScience